Una lágrima salada como el agua del mar esperando a perderse en su inmensidad para ser mecida por el oleaje.
Una lágrima alimentada por la tristeza y la melancolía que inunda el alma de aquél que no pudo evitar que ésta brotara.
Una lágrima que nació por la falta de un cariño y calor especial para hidratar un sentimiento que no fue regado.
Una manera más de expresar el dolor de nuestro interior, una lágrima...
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