lunes, 28 de diciembre de 2009

Una lágrima

Una lágrima que ahoga los ojos, que nubla la vista, llenando el vacío del corazón de la soledad tras resbalar por la fría mejilla.

Una lágrima salada como el agua del mar esperando a perderse en su inmensidad para ser mecida por el oleaje.

Una lágrima alimentada por la tristeza y la melancolía que inunda el alma de aquél que no pudo evitar que ésta brotara.

Una lágrima que nació por la falta de un cariño y calor especial para hidratar un sentimiento que no fue regado.

Una manera más de expresar el dolor de nuestro interior, una lágrima...

jueves, 24 de diciembre de 2009

El rey de corazones

Me pregunto si la moneda finalmente ha terminado de caer. Ahora mismo está quieta y me muestra la cruz, pero ya no pesa, ¿será porque vi la sonrisa de su cara? ¿o quizá porque me he acostumbrado a llevarla a cuestas?

Sea como fuere, el rey de corazones ha vuelto a perder la partida, volvió a jugar mal las cartas, no supo escoger la estrategia adecuada. Pero el juego no ha acabado todavía... El rey de corazones se niega a creer que su reino está vacío, pues... ¿de qué serviría ser un rey de corazones en cuyo reino no habita ninguno más que el suyo? Y es que el rey de corazones ya no sabe si su corazón es realidad, una moneda o un juego de cartas... Si más no, lo que sí puede afirmar es que aunque en su reino teme que no haya corazones, en su rol de persona sabe que no está solo.

No importa si no jugué bien mis cartas, sé que siempre tendré el rey de corazones en mis manos y algún día ganaré la partida.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Pétalos de nube

Caen los pétalos de nube sobre el jardín, impregnándolo de inocencia, pintando de blanco el color de las flores, tapando con su espesura el olor de la hierba.

Queda atrás la muerte de las hojas que dejaron desnudo el árbol y el frío se recrea con todo cuanto toca, robando el calor de todo cuanto abraza, brindando su capa cristalina a todo lo inerte.

Y los niños jugarán con la inocencia, formarán muñecos del color de las nubes y se lanzarán pétalos unos a otros. Todos sabrán que el cielo ya no llora, si no que deja caer su dulzura, su fría dulzura.

Y la música de un piano solitario sonará más triste y a la vez más tierna cuando se contempla el paisaje monocrómico.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Lancé la moneda

Lancé la moneda al aire, tras tantos intentos idiotas de sacar la moneda de la cartera y hacer el ademán de lanzarla al aire sin llegar a conseguirlo, tras darme cuenta que en realidad no era tan pobre como pensaba. La lancé bien alto, aunque al principio titubeé después perdí el miedo a que saliera cruz y ahí está la moneda, girando en el vacío, más allá de mi mano...

Y observé la cara y ésta me sonrió, aunque sólo fuera un instante, para mostrarme a su vez la cruz; y dejar que el azar decida cómo caerá la moneda, si volverá a sonreírme o si volverá a pesarme la cruz.

Y quiero pensar que la única carta que juega sobre la moneda no es el azar, sino que con mi mirada puedo guiar el giro de la moneda, sino que mi forma de lanzar la moneda habrá influido en la caída, una caída que no sé cuánto puede durar, porque el tiempo no es capaz de encadenar la moneda.

Una moneda que quiero que me vuelva a sonreír... siempre que la mire.

martes, 15 de diciembre de 2009

La felicidad

La felicidad resulta ser que se encuentra en las pequeñas cosas del día a día pero a mí me cuesta creerlo. No quiero decir que no sea cierto, pero ceñirse a esa única definición sería dejar el término "felicidad" incompleto. Porque, personalmente, considero que hay grandes valores donde también se puede encontrar ésta y hoy quiero hacer especial mención a una en concreto: la amistad.

Hasta hace poco creía que la felicidad dependía en gran parte de un factor concreto, algo que he anhelado con insistencia, algo de lo que en estos momentos carezco; pero ahora sé que no es tan importante, si más no, que poseo algo de similar magnitud.

Y es que si comparamos del 0 al 10 el nivel de felicidad que poseía antes y después de "abrir los ojos", éste ha aumentado 5 puntos. Poco a poco he aprendido a ver más allá de mi mente, de mi obsesión, y he empezado a dotar de mayor importancia el peso de la amistad, gracias a las amplias y valiosas conversaciones que he tenido con cada uno de vosotros. Y poco a poco he sentido el calor de vuestras palabras, miradas, gestos y caricias, el calor de vuestra compañía.

Siento que no encuentro las palabras adecuadas para daros las gracias por todos esos momentos tan especiales que he vivido junto a vosotros, y ya de antemano, quisiera agradeceros todos los demás momentos especiales que vendrán, que protagonizaremos juntos; y espero que jamás caigan en el olvido ninguno de ellos. En éste último viaje que hemos hecho he sentido con más fuerza que nunca lo que tanto me queréis transmitir: seguridad en mí mismo, confianza, valor, cariño y amor entre tantas otras cosas...

Prometo quererme más a mí mismo, tanto como lo hacéis vosotros, tener más confianza y dejar de infravalorarme; a la vez que prometo intentar ser mejor persona, ya no sólo por mí, sino porque los mejores amigos se merecen al mejor amigo, porque aquellas personas que te aportan aspectos tan importantes merecen también que yo sea capaz de aportarles algo importante... algo tan importante como la felicidad que vosotros me transmitís.

Por último, sólo quiero añadir un último aspecto que creo no haber mencionado explícitamente: ¡Os quiero!

Dedicado a esas personas que han hecho de mi vida una maravillosa historia por contar.


jueves, 10 de diciembre de 2009

Pulsiones de vida y muerte

La necesidad a cada instante de querer vivir, el instinto humano que nos permite sobrevivir, enfrentadas en infinidad de batallas contra la indiferencia hacia el ayer, el hoy y el mañana y la insuficiente motivación por continuar el camino.

Infinidad de estímulos atacan insaciablemente el equilibrio entre las pulsiones de vida y muerte, dejando que a cada instante podamos elegir una opción distinta e imborrable. La experiencia es la única pauta capaz de permitirnos predecir el resultado de una acción, pero aún así, demasiadas son las ocasiones en que las pulsiones actúan bailando al son del instinto.

¿Sientes esa necesidad de actuar? ¿Eres capaz de resistirte a las pulsiones de Eros y Thanatos?

No es necesario que respondas, todos sabemos la respuesta.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

La ventana

Desde la habitación se puede observar como la lluvia impregna de gotas la ventana, cómo éstas forman caminos, juntándose unas con otras, las mas grandes arrastran a las más pequeñas, que permanecían quietas, y todas las líneas de agua forman una gran red que se extiende por toda la ventana. Sin embargo, estas líneas, a medida que pasa el tiempo y que no son revitalizadas por nuevas gotas, se evaporan desapareciendo así su recorrido, olvidando el recorrido que han marcado. Y es que todas las gotas que no se evaporan acaban cayendo al suelo...